En el sistema educativo venezolano es el Ministerio de Educación y
Deporte el encargado de la administración educativa; es decir, este
asume las políticas gerenciales en el proceso de planificación,
dirección y control de las actividades académicas incluidas en los
diseños curriculares educativos. Dicho Ministerio ejerce un estilo de gerencia autocrático
ya que selecciona las alternativas posibles de acción, las evalúa y
decide cuáles se llevarán a cabo, para luego definir las funciones y
tareas a sus subordinados, además de controlar la acción. Así, las
directrices del Ministerio han producido en la opinión pública diversas
polémicas. Si abordamos esta problemática desde la escuela observaremos
que existe una clara separación entre el mundo académico llevado por el
docente en el aula con el mundo administrativo de la escuela y el
Ministerio llevado por los funcionarios. La separación se explica porque
el docente no es involucrado en el proceso de toma de decisiones que es
atribución del aparato administrativo y del cuerpo directivo (jefes,
supervisores del sector, distrital, regional, nacional), los cuales en
algunos casos no están implicados en el proceso académico.
Por otro lado, la acción de la dirección escolar es parcial y se
basa, fundamentalmente, en el proceso de control docente, pero el
control, cuando se ejerce, se hace como vigilancia, como hace el policía
cuando cuida una entrada en un establecimiento comercial. Dicha
vigilancia debe consistir en si se hace la programación del año escolar,
se cumple con las actividades previstas y si el personal asiste a su
jornada de trabajo.
Ahora bien, desde el punto de vista institucional la gerencia
educativa esta en manos de personas no calificadas ni preparadas
profesionalmente para administrar la dirección de las escuelas . Así
mismo, los controles administrativos están enmarcados en patrones
tradicionales; como por ejemplo gerentes que no conocen a fondo los
principios del proyecto de la Educación Básica. También, se evidencia la
ausencia en el país de una política coherente en materia de gerencia
educativa que permita la formación sistemática de cuadros dirigentes y
la actualización permanente de los docentes quienes deben ejercer
influencias significativas sobre el funcionamiento de cada institución a
fin de lograr un desempeño eficiente y eficaz en los roles técnicos –
pedagógicos – administrativos para que se puedan alcanzar las metas
educativas. No es un caos total, por el contrario, lo que sucede es que
las políticas gerenciales emanadas por el Ministerio de Educación no han
sido supervisadas eficazmente. Además, la falta de conocimiento de las
teorías de la motivación, comunicación y liderazgo han conllevado a los
gerentes a limitar su acción en el momento de influir en los demás para
alcanzar con entusiasmo los objetivos establecidos en la organización
educativa.
Finalmente, el gerente del centro educativo tiene que hacer énfasis
en el desempeño de sus propias funciones, en las de los alumnos,
docentes y demás personal en un ambiente de trabajo comprometidos con la
excelencia. La educación es una actividad que puede ser modificada
administrativamente, por lo tanto, es necesario que en la misma se
apliquen un conjunto de actitudes que posibiliten los resultados
exitosos. En tal sentido, la gerencia asume el rol fundamental en la
administración de naturaleza profesional inherente a un cargo directivo,
el cual debe conducir eficazmente la escuela planificando,
organizando, integrando, dirigiendo y supervisando los procesos que
conduzcan a la calidad educativa.
Entonces, dirigir una institución educativa representa un gran
compromiso desde la perspectiva profesional y de líder, que permita
conseguir los objetivos organizacionales.
AUTORES: BONILLA, MARIA.; CHÁVEZ, PIERINA.; GARCÍA, MARÍA.; LARA, MARÍA.; MOLINA, JOSÉ.; MORALES, FRANK.
UNIVERSIDAD FERMIN TORO. MAESTRIA EN GERENCIA Y LIDERAZGO EDUCATIVO. BARINAS – ESTADO BARINASBARINAS, 22 DE JUNIO DE 2005
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