La anoche de ayer, ha sido una noche muy oscura, lluviosa y con truenos. Desatada la tormenta, no extraño al caminante, ya venía desde muchos pasos atrás observando como el cielo se nutría de nubes negras, las aves se iban ubicando en los arboles, centellas a lo lejos delataban lo que estaba por venir.
Efectivamente, se desata un vendaval de agua que enloda el camino, dificultando el caminar. Aunque esto no permite que el caminante se detenga, simplemente corre y busca un resguardo, para analizar la situación, o simplemente aprovechar para reflexionar lo andado, volver a planificar el viaje, ubicando detalladamente nuevas estrategias. Pausa, que también sirve para descansar, ya la edad del caminante le indica que no puede tener el ritmo de otros años.
Aunque, el caminante tiene claro que a lo mejor deba tomar otra ruta, para poder estar en busca de la paz interna anhelada, luego de muchas heridas hechas en el camino, ampollas y llagas que se han formado por la poca protección que ofrecen a sus pies unos zapatos desgastados.
Parece que la torrencial lluvia de anoche a terminado, aunque el cielo se ve aún un poco gris y derrama lágrimas de vez en cuando, parece que hay una pausa, que permite caminar teniendo cautela y también determinar el alcance de lo transitado hasta el momento y viendo hacia el frente lo que falta por caminar.
Hasta más adelante, con otro relato loco... espero les guste mi blog que he iniado con pasión.
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