viernes, 29 de marzo de 2019

EL RELATO DE UN LOCO


SERIE FCM
NRO. 1

“EL RELATO DE UN LOCO”
DE REY CHARLES DIEZ

EDITORIAL FCM
EMPRESAS 1FCM
SAN CRISTÓBAL
1995


En Dolorcito, en 1976, un lugar apartado de una gran estado, pero marginado por el resto de los estados del país.
- Mi amor, te quiero tanto que voy a parar en loco. Vamos a mi casa y te haré rica, y sentirás que vuelas en el avión que te lleva a un viaje de placer y de amor.
- Mi vida, no sé si debería, es que soy una muchacha religiosa y eso no se debe hacer.
- Pero, que tiene que ver eso con la religión…
- Bueno, la gente habla –sobre todo en este pueblo tan pequeño-; pero iré porque nada malo haremos.
Ja, ja, la tonta se comió el cuento, que bueno soy. Adiós Bolivariano, tú quedas como testigo de nuestro amor.
Van caminando por las encementadas vías de la plaza del pueblo, al frente de una capilla, los dos juntitos agarraditos de la mano, que tiernos. Salen de allí, cruzan la calle, por donde transitan pocos carros, pero si muchas motos y bicicletas de muchachos malcriados y locos de la carretera; llegan a la casa, en la cual no se encuentra nadie.
- Doña Demetria, ¿Cómo está?, oye Guss, no hay nadie.
- Mejor, así no habrán molestias.
Sucedió lo que tenía que pasar. Gritos, gemidos, susurros, el ruido  de una cama vieja en la oscura casa de tejas, y de paredes blancas con grietas y muy sucias.
- Ji, ji, el que llegue primero, será el único que pueda ver la luz.
- No, no, largo de aquí mutantes.
- Entreeee; les gané a toditos.
- Uaaaa, doctor en donde te dieron el título, para ver si eres doctor o boxeador, porque me golpeaste duro en mis bellas y delicadas nalguitas. Con razón, les dicen matasanos.
Enfermera lléveselo, bañelo, y coloquel en el retén.
- ¿Quiénes son esos tontos llorones?, oy que linda nena, ¡mua!, te amo, creo que me he… hecho pipí, que raya, aaaa uaaaa… Pero ¿quién es ese bigotón?

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Después de algunos años, mi mamá empezó a discutir con él, y lo botó de la casa, por perro. Y me dolió mucho que no se haya ido unos años antes, hijo de perra.
Mi madre empezó a trabajar mucho, era vendedora de zapatos, luego de farmaceuta, y así pasó por muchos empleos; por fin se encontró con unos amigos y la metieron de secretaria en un liceo. Y de ahí, hizo sus base para hacer una gran carrera con sus amigas y compañeros, la de política, que gran cosa mis panas, y esa carrera política era nada más y nada menos que las de alcanzar a “El Pocho”, no joda, en algunas caminatas que se realizaron en Dolorcito, el pueblo del Demonio, por el calor infernal y por la maldad que tiene la gente de esa población.
¿Qué futuro me espera?, muy bueno consideran como están los políticos de bien ubicados en el poder; si por qué no, pensé yo, eso alrededor de 1988 con El Pocho, buduaáá, perdón voy al baño.
Mi mamá, en sus apurones y carreras políticas, además de trabajo, dedicaba muy poco tiempo para mí, y yo me sentía muy mal. Empecé a tener problemas de conducta en el liceo; pero algo me enseño ella y que lo aprendí, es mi grande y reinante independencia. El hacer, las cosas por mí mismo, y así mismo seguí la lucha por sobrevivir. Si en algo me hizo falta hijo de puta de mi padre, es en enseñarme a tratar a las chicas, para más nada. Aún con eso de no saber cómo tratarlas, me enamoré, a ella la había visto algunos años atrás, esperando a su madre que terminara la clase que estaba dando, cosa que yo no sabía. Eso sucedió en el trabajo de mita (como le digo a mi mamita abreviadamente).
Algo más extraño, sucede, ¡sí!, a ella la encuentro en el liceo donde estudio, nos cruzamos miradas intensas, llenas de amor, y nunca le llegué a decir ni una palabra de amor. Un día descubrí que era la hija de una de mis profesoras, no supe que hacer; mediante mis amigas le dijeron que a mí ya no me importaba, porque pensaba más en los estudios que en otras cosas… y que no creía en el amor. Sí, eso lo había dicho, pero no, para que se lo divulgaran a ella…, me sentía muy mal y volvía a tener problemas de conducta con mis amigos y de aquí en adelante empezaron realmente mis problemas…
Hoy, en un día cualquiera del mes de julio, llega mita a casa después del trabajo, a eso como de las 6:00 PM, y me dice:
- Dentro de unos días nos vamos a la ciudad, sí, a San Sebastián. Ella se estaba poniendo muy tempestuosa, siempre llegaba a pasar sus rabietas de trabajo y políticas, con el rey de la casa; y por suerte ese fulano rey era yo, que detalle pero no importa ella me ha querido siempre, soy su único hijo y su consentido. ¡Qué consuelo!. Ya no pensaba en más nada sino en ese viaje, porque dejaría a esos pueblerinos malditos tendré mejor vida. Eso sólo lo pensé, porque nunca sucedió así.
Ella alquiló un apartamento en una urbanización, ubicada en la parte alta de San Sebastián, llamada “Los Guamos”. Me residenció allí, no sé por qué me dejaba sólo, en la ciudad; ella seguía trabajando en Dolorcito, bueno que confianza me está dando, seguí estudiando en un liceo cercano, yo hacía de todo en casa; estudiaba mucho, pero también hacía bastante deporte y diabluras, tenía tan solo 14 años. Mita me visitaba los fines de semana, y eran verdaderos dolores de cabeza, porque no me dejaba en paz, siendo tan bueno, pobrecito niño, claro exagerando un poco, era bueno. Pero, ¿Qué se puede hacer?, ella es mi madre, la persona adulta y la que trae el dinero a casa… Admiradoras tuve siempre, pero nunca logré adivinar que se hace con ellas, porque soy un cristiano, respetuoso, caballeroso, y sobre todo penoso…
Al año mi madre consiguió cambio y se puso a trabajar en un liceo en el centro de San Sebastián.
Mis mejores años fueron los que pasé en el mejor liceo de la ciudad, el C. D. “Bolivariano”. Otro liceo nuevo para mí. El primer año fue de adaptación y el segundo y último de mis estudios secundarios, fue el mejor de toda la secundaria, y lo defino así: “revolucionario y revelador”. Las notas fueron buenas mas no excelentes, porque me divertía demasiado. Siempre estuve en constante actividad. Los problemas en casa continuaron y se acumularon, también tuve dificultades con mi conducta en el “Bolivariano”, me expulsaron por tres días en el primer año de Ciencias, por lanzar tizas en el pasillo. ¿Qué vida la mía? ¿Ahora qué hago?...

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Todos estos mojones se le presentan a uno en la vida y hay que superarlos con humor, siempre tenía dificultades por lo humorista y las mentirillas dulces que constantemente las divulgo. Pero a mí no me importa dado que la gente esa no me alimenta, no hace nada por mi; además soy un enigma, nadie me entiende, ¿qué es lo que pueden esperar de mí?, ni mi madre, y creo que a veces ni yo mismo me entiendo, resultó ser un hombre bueno y un hombre malo, en sí resultó ser de todo, hasta ladrón, por supuesto, de cosas sin importancia. Seré extraterrestre, un ser místico y misterioso, un homosexual (como me dijo mi madre en alguna oportunidad, cosa que no entiendo y la he perdonado a medias, y la excusa que me dio, es porque me crié con ella y no con el putañero de mi padre, ese ser mujeriego y alcohólico). ¡NOOOO!. O un loco, como ella también me ha hecho entender, pero “yo NO soy así”. Soy algo “Especial” (no retardado mental, ni mentepollo como me han llamado los envidiosos de mis enemigos, aunque me encantaría serlo): ESPECIAL porque creo que mi personalidad es única, original, y se necesita estudiarla para descifrarme como yo quiero, deseo y como debe ser.
Pasé un año en casa regular, después que me gradué de bachiller en ciencias, algo sin importancia en Venecia, un país de locos, como le llamo, aunque no somos locos, pero se comportan como tales, unos sendos inconscientes… Mita fracasó políticamente, ella nunca ha tenido ambiciones por su religión católica, que se puede hacer, debió haberse metido a monja; como lo debí hacer –cuando pequeño pensé ser sacerdote, y no tendría esta perra vida, pero simpática, singular y original. Más y más problemas… Le da la loquera de estudiar por conveniencia no porque quisiera, en un instituto universitario pago, que era costosísimo; yo tuve que hacer de dama de llaves, que linda me veía lavando y cocinando; algunos días preparé unas comidas que ni el perro se daba el gusto de ingerirlas. Mita se decía que debía hacerlo, porque ellas no lo había realizado durante mucho tiempo; como contestón que era me ganaba tremendas discusiones. En mis ratos libres, o sea, cuando no estaba lavando, limpiando, cocinando, o con los pleitos, escuchando música de una de las FM de música tierruda (léase: merengue, salsa, y el siempre detestable vallenato).
Eran tantas las tormentas que se avecinaban; cuando comenzaron por mi culpa, por ser un rebelde y un contestón, adopté la medida de encerrarme en el cuarto a escuchar música rock, en una nueva emisora de radio en FM para los jóvenes, para descargar toda la rabia que llevaba dentro. En esta etapa ya nos habíamos mudado de Los Guamos, nos fuimos a vivir en un barrio de la ciudad. Allí íbamos a misa juntos, traté de buscar ayuda con un grupo, pero no me sentía bien y fui sólo a dos reuniones y no volví más… Cada vez llegaba a escuchar más y más ROCK, nuevas ideologías, reggae, ská, death metal, heavy metal, punk, free, pop, hard rock…

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Estoy en los noventa, hay que evolucionar; me dije. Cambiaba mi filosofía  de la vida, pero mi espíritu era el mismo, el del niño travieso, poco sociable, amoroso con los demás, educado y religioso, cosas que quise mejorar, y no pude, mis dos padres no hicieron nada para ello, mi madre hizo lo que pudo, me quiso a su manera, que y nunca entendí, y se lo agradezco de todo corazón… de verdad “I love you mom”… aunque nunca lo sabrás…
El día uno(1) de diciembre de 1993, me enteré que ingresé en la “Universidad Andina” (UA), para estudiar “Física Nuclear”; en el primer lugar de las pruebas de mi especialidad, con la puntuación de 76 sobre 100 para quedar ahí. ¡Qué felicidad sentí!, por esto y porque teníamos 12(doce) días de estar viviendo en nuestra casa propia, cerca de Pa’mirar, en la aldea Toquecitos; la urbanización se llamaba “Toco”.
El 9(nueve) de octubre de 1994 cumplí mis 18 años, que martirio, más responsabilidades, soy el hombre de la casa, debo llevar bien puestos los pantalones; pensé, pero no ocurrió así, mi mamá no me dejó, porque ella es la que trae el dinero a la casa, siempre me lo repetía… ¿Qué fastidio?. Un pana de regalo de cumpleaños, me llevó a la residencia San Martín, ubicada en el centro de la ciudad, una especie de burdel; las prostitutas son unas viejas y acabadas (llamo viejo a todo lo que sea mayor que yo, para así no tener problemas cuando sea viejo), unas pocas jóvenes regularsonas; el pana escogió una, pagó los 700 Bolivarianos que valía por la penetración… Como era penoso, no sabía cual escoger, porque creía que a lo mejor ninguna se aventurara a ir conmigo…La muy zorra me pregunta: ¿Quién es él, que te escoge a las mujeres?, contesté algo estúpido e infantil, si la tipa se sonrió al respecto no me di cuenta porque estaba mareado por unos palos que nos tomamos en un bar cercano, porque él decía que se debía entonar uno para realizar estas necesidades… Yo lo hice por mis instintos y las ganas locas que tenía de hacerlo, porque el juego de manos ya no era divertido. Pero, pienso que eso no se debe hacer, a pesar de todo no quería, al pensarlo de nuevo el demonio  mental me vociferó: - “Es un regalo”, aprovéchalo tonto, es descortés y malo para la salud si no lo haces ahora, te “saldrán pelos en las manos”… Con todo lo que razoné al respecto, de que no era correcto, podría contraer alguna enfermedad, y el sexo sin amor no debe existir; todos los caminos conducían a mi gandola al mismo estacionamiento peludo, oscuro, ancho y profundo; el detalle era que mi gandola es de esas en las que transportan el kerosene (son muy pequeñas). Entonces, tomé el riesgo  y empecé a manejar la gandolita hacia ese lugar, por supuesto con un traje de seguridad plástico especial para estos caminos, aquí en este paso no pensé con el cerebro sino con la cabeza. Pero, como siempre comencé con el vacilón y se me acabó el tiempo y no descargué el kerosene en el depósito del estacionamiento, sólo me dio oportunidad de hablar (cosa que siempre hago), de besarla, de aplastarle las tetas, pero que se puede hacer; llegamos  a mi casa un poco tarde nos esperaban con una pequeña fiesta…
Todo bien en la universidad, me volví más sociable, gané numerosos enemigos, amigos, admiradoras, y no lo niego algunos admiradores; con todos ellos no sabía qué hacer, como actuar, como hablarles, pero me he ido moldeando y aprendiendo un poco… En mis actividades académicas voy bien, mi madre debiera estar muy orgullosa de mí, pero pareciera que no… Desde que esto en la UA siempre quise escribir un libro, me planteé varios temas, tales como: “La falta de interés de los gobernantes y políticos en la educación”; “Estudiantes o rufianes”; “Las dificultades de los estudiantes de educación media para la física”, “Venecia: ¿el país de los sueños o una realidad?” pero sólo me atreví a escribir este cuento de mi vida, o una especie de autobiografía,  bastante informal. Sigo escuchando rock, mientras escribo este libro, para poder terminarlo, es lo único en lo que pienso, y en que DIOS me perdone por lo hecho y por lo que acontecerá… Los rollos se han acentuado más en mi hogar, ella está encima de mí todo el tiempo. Tuve mi primera novia, una idiota, bien fea que se dejó convencer por mis risas en mi declaración, me dijo que sí pero que por qué me sonreía, -y me dije: porque es un vacilón tonta-, y por eso no la busqué más; mita creo que se dio cuenta y se disgustó; todo lo que sucedía, se dañaba, sus fracasos, sus penas, eran por mi culpa, y yo le respondía como siempre.
Un día le respondí groseramente, explotó mi rabia, ella no me hablaba, no me daba dinero, no me lavaba la ropa, ni mucho menos me compraba mi vestimenta y otras cosas de necesidad… y una noche de esas se terminó de reventar la bomba, por falta de comunicación que ella incentivaba y que yo no quería, entonces decidí tomar la justicia por mis propias manos, razoné y el resultado fue el de acabar con la raíz del problema, y la raíz era yo, tomé el cuchillo de la cocina e intenté cortarme las venas, con la suerte de que mi madre estaba rezando en el cuarto contiguo, y me escuchó llorando, echándome la culpa y por el ruido de los cubiertos, no me dejó hacerlo, yo le expliqué el por qué, me convenció, y no lo hice, lloramos por un buen rato sin mirarnos…; todo continuó igual en los días siguientes; intenté suicidarme de nuevo y no pude, me quería mucho, y me convencí de vivir con mucho humor, libre rebelde, en contra de todo y de todos…

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- ¡Un buen film! Vaya ¿Qué persona más mala?; ese asesino sí que era malo…
Mis aficiones, aparte de escribir un libro, era coleccionar baratijas de basket de la NBA, también latas de refresco (cosa –que aborté al ver tanto bulto en mi cuarto), y ver bastantes películas en el cine, en la televisión, en donde sea. De ahí he sacado ideologías que me han ayudado mi enigma, que me persigue desde que nací. Y en qué forma ayuda la televisión, le da a uno estupendas ideas.
- Debo regresar a Dolorcito, para averiguar en qué parte de ese pueblucho vive ese patán, hijo de perra…
Este pueblo de verdad que no cambia; lo que ha cambiado es que hay tres bares más, todos con putas extranjeras, y una disco, con mesoneras pueblerinas que están aceptables… ¿Qué casualidad?, vive al lado del liceo del pueblo. Vendré mañana a presentarme.
- Hola, señora aquí vive el señor Guss Montana…
- Si. ¿Quién le busca?...
- Su hijo, Jean Charles Morbico.
- Pase muchacho, ya lo llamo.
- ¿Qué haces aquí?
- Vengo a conocer a mi padre antes de morir.
- Bueno, yo traté de buscarte, pero tu madre a lo mejor te habló mal de mí…
- Eso nunca, ella no es capaz, y no lo hizo, al contrario me decía que me debería dejar que usted entrara en mi vida, pero yo no quise en ese momento, y ahora creo que debe suceder lo que antes no se pudo.
- En tal caso, te puedo llamar hijo;
- Sí, está bien;
- bueno hijo mío esto hay que celebrarlo, no joda, traigan whisky.
- No, yo ando contagiado con la onda nacionalista, me considero un patriota soy admirador de Simonth Bolivariano y de todos nuestros ilustres, vayamos donde se pueda escuchar música tradicional, ¡música veneciana!...
- ¡Sí!, yo conozco un buen lugar, tenemos mucho de qué hablar y contarnos…
Salimos de esa casa, vamos a la parte baja de la localidad donde está ubicado ese local, y entramos: -¿Qué gran lugar?, no creo que exista por aquí, perdón, quise decir que hay mucha gente en este lugar… um, para esa clase de lugar.
- Si, parece, la verdad son los ganaderos alebrestados los únicos que vienen, y tal cual persona como nosotros… Hablamos, lloramos, reímos, cantamos, toda la noche; y al final de la noche se formó una riña con un tipo que se pasó de listo conmigo y le di lo suyo,  y la riña de dos se convirtió en pelea colectiva, alguien apagó las luces, no sé ¿quién fue?, pero estuvo bien, instantes que aproveché, digo aproveché para buscar a mi papá, cuando sonaron 3(tres) disparos en el lugar,  mi padre cayó muerto y yo con él, me rozaron en el hombro con una bala. Al lugar se apersonaron los efectivos policiales y el personal paramédico… La familia de mi padre hizo que me detuvieran pero no encontraron las pruebas que me implicaran. Regresé a San Sebastián.
No podré despedirme de mi madre, creo que debo escribirle una carta; y lo hice así:
UN DÍA PARA MORIR:
Quiero empezar por decir que te quiero, que te amo, eres la única en mi vida, en mi corazón; no soy digno de llamarme tu hijo, te di muchos problemas y le he buscado la solución cortándolo por la raíz; me diste lo mínimo, lo que podías darme, lo necesario; pero ya basta no tendrás que hacerlo más, también te solucionaré un problema económico, y porque eres la mejor madre pero con problemas y tu gran problema fue concebirme.
Te voy a decir un secreto, de mi padre ya me encargué, lo maté de dos tiros en la cabeza, ya no volverá a hacer lo que te hizo a más nadie, eso creo, a menos que lo haga en la otra vida, en ésta, ese hijo de perra no dañará a más nadie. Mientras terminas de leer esta carta debo estar volando, porque ya habré saltado con el revólver asesino, con el arma que compré, que debo ya estar accionándola, ya sabes la anestesia para no sentir dolor al caer al suelo que está debajo del viaducto del cual me lancé, es sólo cuestión de estilo –abajo del viaducto lo que hay es casas de gente humilde, ladrones, etc; resumiendo, ranchos…
Ah, no quiero que me lloren, me recen, y por favor no te vistas de negro, y si lo haces que sea con ropa con motivos rockeros, también con ropa holgada y full color como los free, o mejor dicho como los raperos.
Te amo, hiciste lo que tu creíste mejor para mí, pero te equivocaste, y no me diste oportunidad de demostrártelo. Entonces, te perdono de todo corazón y que DIOS nos perdone a los dos y a mí especialmente por lo que hice.
Eeeeso es todo amigos.
JEAN CHARLES MORBICO
Por fin he terminado de escribir mi libro con estos últimos instantes. Y algún día será publicado.
- ¡Aaaahh!, que bonito panorama, buen lugar para morir, en medio de la pobreza…
- Creo que aquel rancho es el mejor, ahí caeré…
- BAM… Scruuuch… AL FIN…

F         I           N

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