El
niño feliz II
Continúo
con publicaciones de mi época de universitario, de nuevo con un análisis de un
extracto del libro “El niño feliz”, que se realizó para la catedra de
Psicología 20, en la Universidad de Los Andes, en San Cristóbal, estado
Táchira, Venezuela, en mis estudios de Licenciatura en Educación, mención
Matemática. Insisto, el mismo puede contener errores cometidos ya que solo era
un joven estudiante universitario que provenía de la educación secundaria en el
país. Igualmente se sube sin edición para que se pueda observar cambios en
manera de pensar y escribir. El original, al igual que el análisis anterior de
éste libro fueron hecho en máquina de escribir transcritos para el mismo autor,
ya que en secundaria aprendí mecanografía y con una madre mecanógrafa era algo
inevitable. El cual se transcribe en exclusiva para éste blog.
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
NUCLEO UNIVERSITARIO DEL TÁCHIRA
SAN CRISTÓBAL
PSICOLOGÍA 20
SECCIÓN 05
EL
NIÑO FELIZ
MORALES, FRANK CARLOS
1995.
Los sentimientos de los
niños deben ser manejados como nosotros queremos que lo hagan con los nuestros.
Los sentimientos de los niños son de gran importancia. Además, cuando manejemos
sus sentimientos debemos hacerlo con cuidado, con comprensión, para no
apartarlos de nosotros, y crearle una disminución en sus autoconceptos y
máscaras de sus emociones verdaderas. Entonces estos sentimientos reprimidos no
desaparecen y van a causar daños.
La ira es un sentimiento
normal que esconde un sentimiento
anterior. La ira debe ser canalizada por nosotros por una salida segura. Los
momentos de ira no se pueden eliminar por completo, pero si nos aseguramos de
que obtenga abundancia en encuentros seguros. La ira debe ser aceptada por los
padres para evitar que el niño use salidas indirectas o se reprima. Y le
permite aceptar su propia humanidad total.
Los celos es un sentimiento
normal, ya que el niño anhela ser el favorito, el consentido de la casa. Los celos
disfrazan sentimientos reales o imaginarios del niño al sentirse en desventaja.
El niño con alta autoestima posee una seguridad interior que lo protege contra
los celos. Los padres debemos ayudar a los niños a que expresen los celos –al
igual que la ira-: también debemos ayudarlos a sentirse comprendido, incluido e
importante, para que no se sienta defraudado.
Como todo niño es un
curioso, y con tendencia en confiar en sí mismo. Por lo tanto se debe apoyar
sus exploraciones, su curiosidad y sus movimientos hacia la autoconfianza. Para
estimularlo intelectualmente y asegurarnos de que empleará la creatividad. El
crecimiento intelectual del niño se ve afectado: por impedimentos físicos,
insatisfacción emocional, sentimientos negativos, la presión innecesaria,
disciplina dictatorial, la no comunicación, las aulas abarrotadas, los maestros
inadecuados y las deficientes técnicas de enseñanza. Entonces, el niño con alta
autoestima podrá de alguna manera poseer creatividad.
Las
actitudes que el niño tenga hacia su cuerpo se verán afectadas por la forma en
que los padres se comporten, actúen, y del trato hacia sus hijos. Así como
también de las influencias externas. Al niño
que pregunte sobre sexo hay que presentarles los hechos del mismo; si no
lo hace, nosotros debemos comenzar a dar información sobre el tema, eso ha
mediado de los 5 años; con tópicos adecuados a la edad del niño con apoyo de
todo tipo de materiales apropiados para las sucesivas etapas de crecimiento que
el atraviese. Con la autoestima –que afecta a la conducta sexual- nuestro hijo
podrá establecer un matrimonio feliz –rico, responsable y comprometido- con una
persona de igual autoestima. Así sus hijos crecerán con autoconfianza.
CONCLUSION
El libro nos muestra en sus
páginas la clave de la felicidad que no es más que la autoestima, para
solucionar los conflictos diarios de lo mejor posible. En la formación de la
autoestima interactúan los padres, el medio familiar y ciertas influencias
externas.
Con esto sabremos educar en
el seno del hogar al niño, para que sea feliz, y lo preparemos
psicológicamente, como también que sea un chico sano, entonces cuando crezca
realice lo mejor de sí mismo y se encuentre satisfecho por ello.
Con lo cual comenzaremos
–como yo le llamaría (tomándome esa libertad)- el ciclo de
autoestima-felicidad, en donde le creamos a nuestros una alta autoestima y será
un niño y después un adulto feliz. Así cuando llegue el matrimonio procede de
la misma manera afincando la autoconfianza en sus hijos; con esto continuaría
hasta el fin de nuestros días, haciéndose indestructible este ciclo, tal vez
parezca utópico, pero, se podría dar. En tal caso nos auto aceptaríamos más,
cuidaríamos de nuestro planeta y los niños serían niños, niños felices…
PD:
Este
trabajo no posee calificación ni observaciones adicionales.
Referencia: Corkille B., D. (1972). El niño feliz: su clave psicológica. Nueva York, Estados Unidos de Norte América: Doubleday
No hay comentarios:
Publicar un comentario