viernes, 29 de marzo de 2019

El niño feliz II


El niño feliz II

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Continúo con publicaciones de mi época de universitario, de nuevo con un análisis de un extracto del libro “El niño feliz”, que se realizó para la catedra de Psicología 20, en la Universidad de Los Andes, en San Cristóbal, estado Táchira, Venezuela, en mis estudios de Licenciatura en Educación, mención Matemática. Insisto, el mismo puede contener errores cometidos ya que solo era un joven estudiante universitario que provenía de la educación secundaria en el país. Igualmente se sube sin edición para que se pueda observar cambios en manera de pensar y escribir. El original, al igual que el análisis anterior de éste libro fueron hecho en máquina de escribir transcritos para el mismo autor, ya que en secundaria aprendí mecanografía y con una madre mecanógrafa era algo inevitable. El cual se transcribe en exclusiva para éste blog.


UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
NUCLEO UNIVERSITARIO DEL TÁCHIRA
SAN CRISTÓBAL
PSICOLOGÍA 20
SECCIÓN 05

EL NIÑO FELIZ


MORALES, FRANK CARLOS

1995.


Los sentimientos de los niños deben ser manejados como nosotros queremos que lo hagan con los nuestros. Los sentimientos de los niños son de gran importancia. Además, cuando manejemos sus sentimientos debemos hacerlo con cuidado, con comprensión, para no apartarlos de nosotros, y crearle una disminución en sus autoconceptos y máscaras de sus emociones verdaderas. Entonces estos sentimientos reprimidos no desaparecen y van a causar daños.
La ira es un sentimiento normal  que esconde un sentimiento anterior. La ira debe ser canalizada por nosotros por una salida segura. Los momentos de ira no se pueden eliminar por completo, pero si nos aseguramos de que obtenga abundancia en encuentros seguros. La ira debe ser aceptada por los padres para evitar que el niño use salidas indirectas o se reprima. Y le permite aceptar su propia humanidad total.
Los celos es un sentimiento normal, ya que el niño anhela ser el favorito, el consentido de la casa. Los celos disfrazan sentimientos reales o imaginarios del niño al sentirse en desventaja. El niño con alta autoestima posee una seguridad interior que lo protege contra los celos. Los padres debemos ayudar a los niños a que expresen los celos –al igual que la ira-: también debemos ayudarlos a sentirse comprendido, incluido e importante, para que no se sienta defraudado.
Como todo niño es un curioso, y con tendencia en confiar en sí mismo. Por lo tanto se debe apoyar sus exploraciones, su curiosidad y sus movimientos hacia la autoconfianza. Para estimularlo intelectualmente y asegurarnos de que empleará la creatividad. El crecimiento intelectual del niño se ve afectado: por impedimentos físicos, insatisfacción emocional, sentimientos negativos, la presión innecesaria, disciplina dictatorial, la no comunicación, las aulas abarrotadas, los maestros inadecuados y las deficientes técnicas de enseñanza. Entonces, el niño con alta autoestima podrá de alguna manera poseer creatividad.
Las actitudes que el niño tenga hacia su cuerpo se verán afectadas por la forma en que los padres se comporten, actúen, y del trato hacia sus hijos. Así como también de las influencias externas. Al niño  que pregunte sobre sexo hay que presentarles los hechos del mismo; si no lo hace, nosotros debemos comenzar a dar información sobre el tema, eso ha mediado de los 5 años; con tópicos adecuados a la edad del niño con apoyo de todo tipo de materiales apropiados para las sucesivas etapas de crecimiento que el atraviese. Con la autoestima –que afecta a la conducta sexual- nuestro hijo podrá establecer un matrimonio feliz –rico, responsable y comprometido- con una persona de igual autoestima. Así sus hijos crecerán con autoconfianza.




CONCLUSION
El libro nos muestra en sus páginas la clave de la felicidad que no es más que la autoestima, para solucionar los conflictos diarios de lo mejor posible. En la formación de la autoestima interactúan los padres, el medio familiar y ciertas influencias externas.
Con esto sabremos educar en el seno del hogar al niño, para que sea feliz, y lo preparemos psicológicamente, como también que sea un chico sano, entonces cuando crezca realice lo mejor de sí mismo y se encuentre satisfecho por ello.
Con lo cual comenzaremos –como yo le llamaría (tomándome esa libertad)- el ciclo de autoestima-felicidad, en donde le creamos a nuestros una alta autoestima y será un niño y después un adulto feliz. Así cuando llegue el matrimonio procede de la misma manera afincando la autoconfianza en sus hijos; con esto continuaría hasta el fin de nuestros días, haciéndose indestructible este ciclo, tal vez parezca utópico, pero, se podría dar. En tal caso nos auto aceptaríamos más, cuidaríamos de nuestro planeta y los niños serían niños, niños felices…


PD: Este trabajo no posee calificación ni observaciones adicionales.

Referencia: Corkille B., D. (1972). El niño feliz: su clave psicológica. Nueva York, Estados Unidos de Norte América: Doubleday

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